Elmuchacho se quedó profunda, extrañamente conmovido por la sugerencia. Cuando miró al loro y pensó que podía oír danés en aquel terrible pico estuvo a punto de marcharse corriendo de la casa. Sólo se quedó por ayudar a la anciana china. Pero cuando ella hizo que el loro dijera su frase, resultó ser griego clásico.
Ala búsqueda de esas virtudes fragmentarias aplicaré aquí lo que decía antes, voluptuosamente, de la búsqueda de la belleza.”. — Marguerite Yourcenar, libro Memorias de Adriano. Memoirs of Hadrian. 1. “Apenas llegado a Sharax, el fatigado emperador había ido a sentarse a la orilla del mar, frente a las densas aguas del Golfo Pérsico.
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